Intro
La intención primaria de este número especial sobre bArte y Movilidadb es la de reflexionar sobre los múltiples aspectos de la movilidad cultural y artística y abrir el paso hacia un campo de estudios transdisciplinar que, cada vez más, reclama su lugar en las investigaciones y en los análisis de las dinámicas sociales y culturales del mundo contemporáneo.
Si bien el concepto de movilidad ha entrado finalmente en el vocabulario y en la agenda de muchas instituciones internacionales;[1] en algunos proyectos de investigación académicos; en Masters y programas universitarios (Intercultural Studies; Migration Studies; Arts and Cultural Management; Visual Studies; Global Studies; Leisure Studies, entre otros); y, sobre todo, en los de muchas organizaciones culturales y artísticas que trabajan a nivel internacional, la verdad es que nos encontramos todavía ante una falta y escasez de narrativa, literatura y crítica sobre la movilidad y sus repercusiones en el ámbito social, artístico y cultural.[2]
Sin embargo, la multitud de encuentros, simposios y seminarios que se están llevando a cabo en torno a estas cuestiones en los últimos años, demuestra claramente el creciente interés sobre el tema. Seminarios y estudios acerca del impacto de la movilidad sobre las políticas locales, regionales e internacionales;[3] plataformas para explorar la movilidad artística en el Mediterráneo;[4] encuentros para intercambiar ideas, estrategias de financiación y experiencias acerca de la movilidad cultural entre Asia y Europa;[5] programas destinados a fomentar las residencias de artistas,[6] profesionales de la cultura, investigadores e incluso periodistas culturales[7] - por nombrar unos pocos ejemplos - se están multiplicando cada día más e indican que el aspecto práctico de la movilidad, y su demanda, están en una sustancial fase de ascenso.
Ante ese panorama se hace necesario generar nuevas preguntas y buscar nuevas respuestas. En la era global y de los tiempos líquidos en la que nos encontramos, la movilidad se configura como una de las prácticas más difusas y que más necesidad tiene de ser investigada y analizada.
¿Qué tipo de conocimiento, ideas y visiones generan las prácticas de la movilidad? ¿De qué manera influye en la transformación y evolución de los espacios urbanos, de las ciudades y de los nuevos ciudadanos? ¿De qué manera la movilidad cultural podría contribuir a una transformación responsable y sostenible de la sociedad? ¿Cómo y de qué manera puede ayudar a transformar a las personas, sus visiones, sus conocimientos, sus identidades y su percepción del espacio público y del medio ambiente? ¿Cómo puede ayudar a desarrollar un conocimiento intercultural?
Las prácticas artísticas y la creatividad tienen una relación íntima y directa con la movilidad. Gran parte del arte y de la arquitectura que conocemos no habrían existido si no hubiese existido el impulso de viajar, el impulso de descubrir, el impulso de ir más allá de los límites - territoriales y mentales - de lo conocido.
Reflexionar sobre la movilidad hoy supone ampliar la mirada, ir más allá de los conceptos de viaje, desplazamiento y descubrimiento y nos exige analizar los fenómenos sociales, políticos, económicos y culturales vinculados a ella.
La práctica de la movilidad se puede pensar como una experiencia fenomenológica donde la identidad entra en contacto con la alteridad, como un camino de transformación donde se cuestionan las ideas, las percepciones y los preconceptos; como un valor y como un proceso responsable de enriquecimiento y de conocimiento, y no sólo como un simple viaje de ida y vuelta, o un simple desplazamiento.
La movilidad presenta múltiples facetas: está directamente relacionada con la cuestión de la diversidad, del intercambio, de la experiencia y del diálogo intercultural y al mismo tiempo nos lleva a reflexionar sobre la migración, los exilios y los obstáculos que existen para cruzar las fronteras.
Reflexionar sobre una historia de la movilidad, profundizar sobre los procesos de transformación del conocimiento, de la cultura y del arte a través de la práctica de la movilidad y sobre todo pensar la movilidad hoy, en la contemporaneidad, están entre los objetivos de esta publicación.
Viaje, Intercambio, Identidad
El fenómeno de la movilidad, junto a la evolución de los medios de comunicación y de transporte, transforma nuestro estilo de vida y contribuye a la formación de "identidades horizontales". Como bien explica el escritor Amin Maalouf: "Todos estamos infinitamente más cerca de nuestros contemporáneos que de nuestros antepasados. ¿Estaría exagerando si dijera que tengo muchas más cosas en común con un peatón elegido al azar en una calle de Praga, Seúl o San Francisco que con mi propio bisabuelo? No sólo en el aspecto, en la indumentaria, en los andares, no sólo en la forma de vida, el trabajo, la vivienda, los instrumentos que nos rodean, sino también en los principios morales, en los hábitos mentales. Y también en las creencias. (...) En suma, todos y cada uno de nosotros somos depositarios de dos herencias: una, «vertical», nos viene de nuestros antepasados, de las tradiciones de nuestros pueblos, de nuestra comunidad religiosa; la otra, «horizontal», es producto de nuestra época, de nuestros contemporáneosb.[8]
La movilidad, por su característica de acercar lugares y culturas heterogéneas, opera como motor de contaminación cultural. La movilidad entendida también como voluntad de búsqueda, de invención, de enfrentamiento a las dificultades de la vida y a las incógnitas del pensamiento. La movilidad, podría atreverme a decir, como una práctica activa cercana a la filosofía y a su sentido exploratorio.
El viaje, el acto de descubrir a través del propio desplazamiento, se propone como una herramienta necesaria para llegar al conocimiento. Según el reportero, viajero y escritor Ryszard Kapuscinski: "Heródoto sabe que para conocer a los Otros hay que ponerse en camino, ir a buscarlos, llegar hasta ellos, salir a su encuentro; por eso no para de viajar (...) anhela conocer a los Otros porque comprende que el hombre lo necesita para conocerse a sí mismo".[9]
La escritora y socióloga Fatima Mernissi refuerza esa idea del viaje como fuente de riqueza, recordando las palabras de viajeros, literatos y poetas del siglo IX: "Para Al-Yahiz, la estrategia del adab, que implica superarse a sí mismo "añadiendo la inteligencia del extranjero a la propia", supone que uno evite quedarse atrapado en su ciudad natal y se obligue a sí mismo a viajar: "Quedarse demasiado tiempo en casa es una de las causas de la pobreza. El movimiento crea prosperidadb, recomienda en su Libro de las metrópolis y las maravillas del mundo (Kitab al-Amsar wa ajaib al buldan). Es esta idea clave de la estrategia adab de Al-Yahiz, viajar lejos para comunicarse con el extranjero y ser de utilidad para él mediante el intercambio de bienes, la que celebraron poetas de la corte abasí como el sirio Abu Tamman (804-846 d.C. / 188-231 de la hégira). ¡Viaja! ¡Es la única forma de renovarte!", pregonaba por las calles de Bagdad".[10]
La movilidad cultural pensada pues como forma de renovación, como antítesis al turismo superficial y acomodado, como antídoto a la homogeneización y nivelación cultural colectiva.
La movilidad se revela y determina como una cuestión de impacto social, de regeneración urbana, local, regional e internacional; como una herramienta de aprendizaje y un instrumento de diplomacia cultural.
Uno de los aspectos más interesantes de la movilidad cultural contemporánea es sin duda el que se refiere a las residencias de artistas, así como a las diferentes tipologías de intercambio entre creadores, investigadores y centros de arte y cultura a nivel internacional.[11] Como afirma Soline Daccache, en la publicación Made in the MED: "Los intercambios artísticos y culturales son, en mi opinión, la mejor manera para iniciar el diálogo y para acercar civilizaciones. Residencias de artistas, talleres, festivales, seminarios, foros... son los medios a través de los cuales nos encontramos uno al otro, nos conocemos mejor, ampliamos nuestros horizontes, fortalecemos nuestra red y nos formamos a nosotros mismos".[12]
Ser móvil significa explorar la pluralidad del yo, la presencia de otros en sí mismos - recordando la famosa expresión bJe est un autreb, del poeta francés Rimbaud - estimular el valor de la diversidad y de las diferencias, así como reconocer y cuestionar modelos, obstáculos, límites, contradicciones y paradojas propias de la movilidad.
Textos y Obras. Colaboración y Participación.
El número especial que aquí se presenta no habría podido existir sin las propuestas y las respuestas entusiastas de artistas, críticos, investigadores y profesionales de la cultura, que con su participación y aportaciones han generado nuevas ideas y alimentarán sin duda el debate sobre los múltiples aspectos del arte y la movilidad. El primer agradecimiento va dirigido pues a todos los autores y artistas que, con sus textos y obras, participan en el número.
Los temas y las cuestiones abordadas son muchas, entre otras:
La relación intrínseca de la movilidad con la diversidad cultural, con el diálogo intercultural y con la evolución de la identidad; los fenómenos, cada vez más importantes en la era del mundo global, vinculados a la migración, al desplazamiento, al exilio y a la diáspora; la reflexión acerca de los obstáculos existentes cuando hablamos de movilidad, de fronteras y de asuntos de Visados; los múltiples aspectos de las residencias artísticas abordados a través de diversos puntos de vista: la experiencia personal, la reflexión crítica, la cuestión de la hospitalidad, del intercambio y de la interacción, el impacto social del fenómeno, el desarrollo de las residencias virtuales y de la movilidad virtual, etc.; el interés y la preocupación por los temas de sostenibilidad, responsabilidad y eco-movilidad; el nomadismo y la movilidad intrínseca en las prácticas performativas, teatrales y circenses; los aspectos móviles de la traducción y del lenguaje; múltiples cuestiones relacionadas con la estética de la movilidad; la relación entre cine y movilidad y entre crítica y movilidad; la movilidad y las políticas culturales.
La especificidad de este número reside también en la comunión entre textos críticos y propuestas artísticas. Aquí la teoría y la práctica, la crítica textual y la creación visual, van de la mano. Una peculiaridad formal y visual que se apoya en el potencial digital y que deriva de una elección propia del comité editorial de InterArtive. Para este número en concreto tengo que agradecer la constante colaboración editorial de Christina Grammatikopoulou y Marisa Gómez en todas las fases del proyecto.
Un agradecimiento especial va dirigido a los partners con los que hemos compartido el proyecto. Quiero agradecer vivamente a Roberto Cimetta Fund, On the Move, Delfina Foundation, el Instituto de Estudios de Ocio de la Universidad de Deusto y ENCAT por su apoyo y por sus inestimables aportaciones. El trabajo en Red es una componente importante y una necesidad ineludible de nuestros tiempos contemporáneos. Los resultados, el valor y la difusión de este proyecto asumen un sello de calidad sobre todo gracias a la participación de profesionales cuyo trabajo y compromisos están desde hace tiempo enfocados al tema del arte y de la movilidad.
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En conclusión, hablar y reflexionar sobre la movilidad empieza por tener una experiencia relacionada con ella, ya que la frontera entre teoría y práctica es híbrida y sutil.
Para profundizar en la relación entre arte, cultura y movilidad es importante crear una reflexión continua y un intercambio de información activo y permanente. La movilidad empieza antes del bmovimientob y sigue después, a través del contacto y el desarrollo de redes de intercambio útiles para activar nuevos proyectos y nuevas ideas.
Es cada vez más necesario desarrollar un "pensamiento móvil" - no atrapado en categorías inamovibles - a fin de levantar nuevas preguntas, elaborar nuevos conocimientos y re-imaginar nuevos horizontes. La movilidad es una realidad creciente que todos tenemos que encarar, explorar, investigar y mejorar.
Herman Bashiron MendolicchioB es Doctor en "Historia, Teoría y Critica de las Artes" por la Universidad de Barcelona. Es el Chief-Editor para el número especial "Arte y Movilidad", InterArtive #55.
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[12] Traducción libre al español. Texto original en inglés: bArtistic and cultural exchanges are, in my view, the best way to initiate dialogue and to bring civilisations closer together. Artistic residencies, workshops, festivals, seminars, fora...amp; are the means by which we meet one another, know each other better, widen our horizons, strengthen our network and train ourselvesb. Daccache, Soline. bMobility to do What?b. En: VV.AA. Made In the MEDiterranean. The challenges of artistic exchange in the Mediterranean. Roberto Cimettta Fund b Fondation René Seydoux. 2007. Pág. 21.